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"Los eventos deportivos deberían ser espacios cardioprotegidos"

Notas de prensa | 20 de Abril de 2016

Cardióloga del Servicio Icardio y coordinadora de la Unidad de Cardiología Deportiva del Hospital IMED Levante, María Dolores Masià tiene formación específica en Cardiología y Fisiología del Deporte en el Consejo Superior de Deportes de Madrid y es coordinadora del grupo de trabajo de Cardiología del Deporte de la Sociedad Española de Cardiología

¿A qué achaca que la gente haga tanto deporte ahora?

Según la encuesta de hábitos deportivos realizada en el año 2015, donde se comprobó que un 53,5% de la población realiza deporte, los motivos principales por lo que la gente realizaba ejercicio físico fueron mantener una buena forma física y por diversión y entretenimiento. Sean cuales sean los motivos personales es indudable que el ejercicio físico provoca un bienestar a todos los niveles, físicos y psicológicos, que animan a la población a que una vez comenzado sigan practicándolo.

Además, la enorme sensibilización con el deporte de hoy en día permite que para la población en general sea fácil y factible realizarlo. Está claro que ha habido un aumento en los últimos años, pero si consiguiésemos seguir mentalizando a la población en general de los numerosos beneficios que aporta el ejercicio físico moderado y seguir incrementando estas cifras disminuiríamos el riesgo cardiovascular de la población.

¿La gente está realmente preparada para determinados desafíos?

Depende de los desafíos que cada uno se proponga, pero evidentemente no estamos preparados desde el inicio para cualquier reto. Es cierto que en numerosas ocasiones observamos que los deportistas no respetan el principio de progresión, marcándose objetivos para los que probablemente no estén preparados ni a nivel cardiovascular ni a nivel musculoesquelético y esto cada vez se ve en mayor proporción en deportes de larga distancia. Es completamente imprescindible realizar un ejercicio progresivo y respetar los periodos de recuperación.

¿Se debería pasar alguna prueba o chequeo previo a partir de determinada distancia o determinado tipo de prueba?

No es cuestión de distancia ni de pruebas. Todo depende de si hablamos de una persona susceptible que padece algún tipo de cardiopatía u otra enfermedad que pueda desencadenar un evento fatal o hablamos de personas completamente sanas.

Si se trata de una persona susceptible y además practica actividad física a una alta intensidad la probabilidad de que presente un evento cardiovascular fatal es mayor comparado con la población no deportista. En las largas distancias si no se hace una adecuada hidratación y si no se respetan los avituallamientos incluso personas que no son susceptibles pueden llegar a serlo.

Recomendamos ejercicio físico pero asumimos que la gente lo realiza con cierta sensatez y por desgracia no siempre es así. Toda persona que inicia una práctica deportiva o aquella que la realiza regularmente debería hacerse un mínimo reconocimiento previo, si además hablamos de deportistas que practican actividad física a alta intensidad está aún más justificado si cabe.

Un reconocimiento deportivo, ¿se debe repetir cada cierto tiempo o es válido para siempre?

Se debería repetir periódicamente. Al realizar deporte el corazón sufre una serie de adaptaciones que hay que vigilar y que en ocasiones pueden crear ciertos problemas diagnósticos con ciertas cardiopatías de las que es importante distinguir. Es complicado dar una pauta universal de periodicidad, pero para deportistas que realizan ejercicio físico regularmente se recomendaría repetir el reconocimiento anualmente.

A nivel cardiológico, ¿cuáles son las pruebas concretas que debería realizarse un deportista?

Un reconocimiento básico debería incluir una historia clínica completa, incluyendo antecedentes familiares, exploración física exhaustiva y electrocardiograma, realizada por gente experta y sensibilizada en el ámbito deportivo (los electrocardiogramas de los deportistas habitualmente tienen ciertas particularidades con las que hay que estar familiarizados). Dependiendo si este reconocimiento básico es positivo (encontramos algún indicio de posible patología) tendremos que finalizar el estudio con otras pruebas complementarias que dependen de los hallazgos encontrados.

Nuestra responsabilidad como médicos es dar información correcta sobre los límites que tiene este screening y por supuesto dar recomendaciones, por lo que opino que deberíamos aconsejar a todos los deportistas que completasen el estudio con un ecocardiograma, que permitirá valorar el correcto funcionamiento del corazón y una prueba de esfuerzo, con la que valoramos la respuesta del corazón al ejercicio.

Los casos de muerte súbita se han sucedido en los últimos tiempos en carreras populares, ¿cuáles con las causas?

Las causas de muerte súbita son dependientes de la edad. En menores de 35 años las causas más frecuentes son las cardiopatías congénitas (digamos que son aquellas con las que se nace) y la mejor manera de detectarlas es con el reconocimiento básico que he comentado anteriormente y el ecocardiograma (de ahí que lo recomendemos para mayor seguridad, siendo incluso más importante que la prueba de esfuerzo).

En mayores de 35 años la causa predominante es la cardiopatía isquémica (placas de «grasas» en las arterias que llevan sangre al corazón); en ocasiones estos pacientes deportistas tienen un electrocardiograma normal y ni siquiera refieren síntomas, por lo que para su detección habría que completar el estudio con un ecocardiograma y sobre todo con una prueba de esfuerzo.

Insisto nuevamente en que una cosa es el reconocimiento básico de cribado inicial y otra es lo que debemos recomendar individualmente dada la población que estudiamos.

En algunos casos se trata de deportistas experimentados y con una larga trayectoria, ¿le extraña?

Que un deportista alcance un alto rendimiento no es sinónimo de que esté libre de presentar algún tipo de cardiopatía. La muerte súbita es una realidad a la que siempre nos enfrentaremos en el ámbito deportivo y por desgracia no podemos prevenirla al 100% incluso realizando un adecuado estudio (aunque en algunos estudios se habla de una prevención del 89% con un reconocimiento preparticipación deportiva). Dado que se trata de una población susceptible debemos educar en materia de salud sobre los síntomas y signos premonitorios de un evento cardiaco, así como formar a los profesionales que estén en contacto con el ejercicio físico en reanimación cardiopulmonar e intentar que los eventos deportivos sean espacios cardioprotegidos.

Es importante aclarar que la incidencia de muerte súbita en realidad es baja pero tiene una gran repercusión en la sociedad. Nos equivocamos si creamos una falsa sensación de inseguridad a nuestros deportistas. Los beneficios del deporte son siempre mayores que sus riesgos y debemos recomendarlo. Queremos que nuestros deportistas practiquen deporte de manera segura pero para ello es imprescindible su colaboración.

  • Dra. María Dolores Masià, Cardióloga deportiva de iCardio