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Trastornos del sueño: “Del 90 al 95% de la población adulta ha padecido insomnio alguna vez en su vida”

Artículos | 6 de Junio de 2012

Los trastornos del sueño son una patología muy frecuente en el conjunto de la población, tanto adulta como pediátrica. No obstante, es una patología que se encuentra infradiagnosticada e infratatada, a pesar de que afecta gravemente a la calidad de vida de las personas y puede llegar a tener consecuencias severas sobre su salud.

Un buen descanso es necesario para encontrarnos bien al día siguiente. Dormir es una necesidad fisiológica, un estado activo con cambios hormonales, metabólicos, de temperatura y bioquímicos imprescindibles para el buen funcionamiento del ser humano durante el día.  Durante el sueño descansa tanto nuestro cuerpo como nuestra mente y esto es imprescindible para nuestra memoria, nuestra atención y para que nuestro organismo se encuentre en condiciones óptimas para responder a las necesidades del día a día.

Existe un abanico amplio de trastornos del sueño donde los grupos principales son el insomnio, los trastornos respiratorios (apneas), las parasomnias (sonambulismo, terrores nocturnos…), la hipersomnia o excesiva somnolencia diurna y el síndrome de piernas inquietas.

De estas patologías, algunas como el insomnio son tremendamente frecuentes.

Del 90 al 95% de la población adulta ha padecido insomnio alguna vez en su vida. En algunos casos es una situación pasajera derivada de problemas puntuales, pero muchas veces se cronifica y pasa a ser un verdadero problema médico. El paciente suele consultar poco a su médico sobre estos problemas y hay una tendencia muy alta a la automedicación, situaciones que la mayoría de veces perpetúan el problema y lo incrementan. Para el tratamiento de este trastorno, no siempre es necesario recurrir a medicación, y en todo caso, siempre debe ir con seguimiento médico. Hay que tener en cuenta que el insomnio es un síntoma y no una enfermedad en sí. Por eso es muy importante su abordaje médico en conjunto para poder solucionar el problema con la mayor brevedad posible.

El otro gran grupo de trastornos del sueño lo forma la patología respiratoria, cuyo mayor exponente es la apnea del sueño. Se estima que de 1-5% de la población general padece este problema, aunque estudios recientes indican que esta infradiagnosticado. Es mucho más frecuente en varones y su incidencia aumenta mucho a partir de los 40 años, está íntimamente ligada al sobrepeso. La apnea es un problema que impide una correcta respiración durante la noche y en muchos casos el paciente no es consciente de que esto ocurre. El síntoma inicial es el ronquido, pero este no siempre va asociado a apnea. Sólo en casos severos, es detectado por la pareja, alarmándose al detectar pausas respiratorias. Cuando esto ocurre, la falta de oxigeno desencadena unos sistemas de alarma en el organismo que como primera consecuencia directa alteran la normal estructura  del sueño, reduciendo la proporción de sueño reparador, con lo que en consecuencia el paciente se encuentra muy cansado durante el día. Los pacientes que padecen este problema tienen incrementado notablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como hipertensión, ictus, infartos o arritmias, derivados de la falta de oxigeno nocturno y de los mecanismos desarrollados por el cuerpo para responder al cierre de la vía aérea.

El abanico de tratamientos para los trastornos respiratorios es muy amplio y siempre tiene que ir individualizado a cada paciente. La pérdida de peso,  cirugía, dispositivos de avance mandibular, son los usados en casos leves, reservándose el CPAP en casos severos. El CPAP es un dispositivo de aire introducido a presión durante la noche, que correctamente controlado, ajustado y adecuado a cada paciente, elimina este problema, sus consecuencias y posibilita un sueño reparador en el paciente. Es sorprendente la buena adaptación cuando esta correctamente calibrado al paciente.

Otro gran grupo a tener en cuenta es la patología de sueño en la edad pediátrica: diversos estudios sobre el tema estiman que el 35% de los niños menores de 5 años sufren problemas a la hora de acostarse. Dentro de la patología pediátrica, un gran grupo lo forman los niños con dificultades para conciliar y mantener el sueño por malos hábitos. Las parasomnias en la edad pediátrica, como el sonambulismo, pesadillas, terrores nocturnos y bruxismo, también son muy frecuentes. Hay que individualizar cada caso, ya que en la mayoría de los pacientes no se requiere medicación y el problema desaparece con la madurez.

Los problemas respiratorios durante el sueño (apneas) cada vez son más frecuentes; ya que, cada vez hay más obesidad infantil. Si en el adulto tienen consecuencias nefastas, en la edad pediátrica mucho más ya que las funciones del sueño en el niño son tremendamente importantes: el sueño fija los conocimientos y reduce los niveles de ansiedad. Además, la hormona del crecimiento (GH) se segrega sobre todo durante las primeras horas del sueño; en los niños con problemas para dormir la secreción de la “somatotropa” se puede ver alterada y su crecimiento puede verse perjudicado.

En la Unidad del Sueño de IMED Elche e IMED Levante sabemos que es fundamental dormir tanto para los adultos como para los niños, de ahí la importancia de un correcto diagnóstico, tratamiento y seguimiento del problema. La polisomnografía es la prueba de elección en la mayoría de los casos. Esta prueba consiste en que mediante una serie de electrodos tener monitorizado durante toda la noche el sueño y otras funciones como la cardiaca, respiratoria y movimientos durante toda la noche. Pero no toda la patología de sueño requiere de esta exploración, por eso es importante que el especialista en sueño dirija cada caso individualizadamente para elegir los mejores medios diagnósticos y terapéuticos.


  • Dra. Laura Medrano